IQNA

Según lo que dijo en 1993, se ofreció como voluntario para ir a Arabia Saudita como misionero para tratar de convertir al cristianismo al mayor número posible de musulmanes. El viaje terminó sin ningún resultado concreto.

En 2001 conoció a un grupo de musulmanes filipinos gracias a quienes comenzó a profundizar su conocimiento sobre la religión islámica. Fue después de un segundo viaje a Arabia Saudita que decidió convertirse al Islam.

"En 2006 volví a Arabia Saudita como misionero, y fue en esa ocasión que sentí el reflejo de la luz del Islam en mi corazón. En ese momento dejé mi trabajo como misionero católico y me acerqué al Islam y musulmanes ".

Abd-al-Rahman agregó:
"Decidí regresar a mi país, pero estaba preocupado por la reacción que los líderes de la iglesia tendrían hacia mí. Para esto, encontré una manera de regresar a Filipinas sin que nadie lo supiera".

"Después de tres días fui a un centro islámico declarando mi conversión. En ese momento, sin embargo, la noticia de la conversión se extendió rápidamente llegando a los vértices del clero católico".

 El ex sacerdote cristiano continúa diciendo: "Comencé a sufrir presiones y amenazas de algunos sacerdotes. Incluso recibí mensajes con amenazas de muerte en los que me dijeron que volviera a la fe católica".

"Después de tres días fui a un centro islámico declarando mi conversión. En ese momento, sin embargo, la noticia de la conversión se extendió rápidamente llegando a los vértices del clero católico".

 El ex sacerdote cristiano continúa diciendo: "Comencé a sufrir presiones y amenazas de algunos sacerdotes. Incluso recibí mensajes con amenazas de muerte en los que me dijeron que volviera a la fe católica".

Abd-al-Rahman renunció a su salario y posición privilegiada, dado que su madre era propietaria de una de las iglesias católicas más grandes de Filipinas. La conversión también le costó su matrimonio (en las iglesias orientales, los casos de sacerdotes ordenados después del matrimonio no son raros) ya que su esposa solicitó la separación.

Sin embargo, sus siete hijos decidieron seguir a su padre convirtiéndose al Islam también. Uno de los hijos, también sacerdote católico, memorizó el Sagrado Corán y actualmente se dedica a difundir la fe islámica en Filipinas.